De la opinión al conocimiento


El mito de la caverna platónico (libro VII de La República) es una de las alegorías más brillantes sobre el conocimiento humano. En resumen, el mito explica que solemos ver de las cosas solo la apariencia (el mundo de la opinión) y que hasta que no salimos de la caverna y conocemos las cosas tal como son, y no solo la apariencia, no tenemos auténtico conocimiento de ellas.

El ámbito de la opinión es el del tópico, el estereotipo, el reduccionismo, la simplificación, el cliché. La política contemporánea es una fuente de reduccionismo, al dividir las opciones en dos: derecha e izquierda, cuando es obvio que en casi todas las cuestiones no hay solo dos opciones posibles, sino bastantes más. Los medios de comunicación, imprescindibles en una sociedad libre, aportan conocimiento, pero también son fuente de reduccionismo porque destacan "lo noticioso" (que es una mínima parte de la realidad) y presentan -por exigencias del formato- la información descontextualizada.


La escuela, en todos sus niveles, desde la primaria a la universitaria ha de ser enseñar a distinguir la opinión del conocimiento, ha de ser un contrapeso del reduccionismo, de la simplificación. Algunas conclusiones de esto pueden ser:

- Acotar los temas. No "la Edad Media", sino "la Sevilla de Alfonso X el Sabio".
- Discriminar las fuentes. Desechar las anónimas.
- Manejar las fuentes primarias. No se trata de reproducir solo lo que un crítico o varios afirman sobre El alcalde de Zalamea, sino leer directamente la obra.

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